Por Robert Vargas/ Fotos Alfonso Báez
Ya esto es una tradición. Desde principio de este Siglo XXI , Luis Alberto Tejeda se ha dedicado a hacer donaciones de cuadernos y otros útiles escolares a estudiantes pobres de la Circunscripción 2 de Santo Domingo Este.
Como podría decir alguien: se actualiza.
Lo que no cambia nunca es el discurso. Es el mismo.
Conversa con los niños, como si se tratara de hijos suyos.
Les pide que estudien mucho para que puedan progresar, que respeten a sus maestros y maestras y a su papá y a su mamá.
No se si los niños lo entienden.
Lo que sí veo es cómo ellos se aferran a las mochilas y los útiles que estas contienen.
La pasada semana, Luis Alberto realizó un verdadero maratón por escuelas del barrio Iinvi, Los Mina Sur, Los Mina Viejo, Los Tres Brazos, el Barrio Puerto Rico, La Barquita y Vietnam.
En cada caso llevó las tradicionales mochilas con sus útiles correspondientes.
Previamente, el personal docente de cada una de las escuelas seleccionó a aquellos niños cuyos padres no habían podido comprarles sus cuadernos, sus lápices ni las ya tradicionales mochilas.
Ya esto es una tradición. Desde principio de este Siglo XXI , Luis Alberto Tejeda se ha dedicado a hacer donaciones de cuadernos y otros útiles escolares a estudiantes pobres de la Circunscripción 2 de Santo Domingo Este.
Por ese motivo, no ha sido sorpresa que al inicio del actual año escolar regresara con el ritual, solo que cada año ha habido una modalidad distinta.
Como podría decir alguien: se actualiza.
Lo que no cambia nunca es el discurso. Es el mismo.
Conversa con los niños, como si se tratara de hijos suyos.
Les pide que estudien mucho para que puedan progresar, que respeten a sus maestros y maestras y a su papá y a su mamá.
No se si los niños lo entienden.
Lo que sí veo es cómo ellos se aferran a las mochilas y los útiles que estas contienen.
La pasada semana, Luis Alberto realizó un verdadero maratón por escuelas del barrio Iinvi, Los Mina Sur, Los Mina Viejo, Los Tres Brazos, el Barrio Puerto Rico, La Barquita y Vietnam.
En cada caso llevó las tradicionales mochilas con sus útiles correspondientes.
Previamente, el personal docente de cada una de las escuelas seleccionó a aquellos niños cuyos padres no habían podido comprarles sus cuadernos, sus lápices ni las ya tradicionales mochilas.
Una vez identificados en las disntintas aulas, Luis Alberto se las entregó.
Había que ver la cara de alegría de esos chiquillos.
Y la felicidad que revelaba el rostro de Luis Alberto.
La pobre dura, muy dura.
Como lo es para aquel niño que estaba en el aula sin uniforme y calzado apenas con unas chancletas de goma.
Se trataba de una escena desgarradora.
El niño, cuando recibió su mochila con sus útiles se aferró a estos apretándolos con fuerza contra su pecho.
Ese momento de alegría de ese chiquillo valía todo el esfuerzo.
Allí se sintetizaba la esencia de lo que Luis Alberto realizaba.
Había que ver la cara de alegría de esos chiquillos.
Y la felicidad que revelaba el rostro de Luis Alberto.
La pobre dura, muy dura.
Como lo es para aquel niño que estaba en el aula sin uniforme y calzado apenas con unas chancletas de goma.
Se trataba de una escena desgarradora.
El niño, cuando recibió su mochila con sus útiles se aferró a estos apretándolos con fuerza contra su pecho.
Ese momento de alegría de ese chiquillo valía todo el esfuerzo.
Allí se sintetizaba la esencia de lo que Luis Alberto realizaba.
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En esa jornada fueron unas 800 las mochilas con sus útiles escolares que él entregó a los niños de las distintas escuelas.
Cada una la pagó con los fondos de su fundación Soñando Despierto.
El cree que aportando a la educación puede contribuir al desarrollo de los niños de su barrio.
Por eso su insistencia cuando les dice "estudien mucho, sean obedientes".
Lo hace porque recuerda su pasado, su niñéz y el barrio en el que nació.
Cuando Luis Alberto inició este tipo de acciones no pensaba en participar en política.
Ahora, es precandidato a diputado por el Partido de la Liberación Dominicana, y ha continuado su ritual de cada año.
Tal como lo hace el Día de Reyes cuando los niños de Los Mina Viejo lo esperan con sus regalos.
O el Día de la Amistad y el Amor, cuandole organiza una fiuesta a las muejeres, tal como lo hace el Día Internacional de la Mujer, y el Día de las Madres.
Parece que Luis Alberto se siente feliz con lo que hace, de no ser así, no tendría tantos años llevando alegría y esperanza a las gentes de su barrio.
En esa jornada fueron unas 800 las mochilas con sus útiles escolares que él entregó a los niños de las distintas escuelas.
Cada una la pagó con los fondos de su fundación Soñando Despierto.
El cree que aportando a la educación puede contribuir al desarrollo de los niños de su barrio.
Por eso su insistencia cuando les dice "estudien mucho, sean obedientes".
Lo hace porque recuerda su pasado, su niñéz y el barrio en el que nació.
Cuando Luis Alberto inició este tipo de acciones no pensaba en participar en política.
Ahora, es precandidato a diputado por el Partido de la Liberación Dominicana, y ha continuado su ritual de cada año.
Tal como lo hace el Día de Reyes cuando los niños de Los Mina Viejo lo esperan con sus regalos.
O el Día de la Amistad y el Amor, cuandole organiza una fiuesta a las muejeres, tal como lo hace el Día Internacional de la Mujer, y el Día de las Madres.
Parece que Luis Alberto se siente feliz con lo que hace, de no ser así, no tendría tantos años llevando alegría y esperanza a las gentes de su barrio.
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