lunes, 2 de febrero de 2015

¿Por qué, en el Dia de la Juventud, Luis Alberto convocó a imitar a dos dominicanos que usaron las armas para defender sus ideales?

También los animó a inmitar a Juan Bosch.
Por Robert Vargas

Luis Alberto Tejeda, quien tiene alredor de mil empleados en sus empresas de telecomunicaciones, agroexportadoras, constructoras, de lubricantes, loterías y de ventas de baterías y neumáticos, entre otras, le reveló a una multitud de personas, la mayoría jóvenes de ambos sexos, cual ha sido el secreto de su éxito con la intención de animarlos para que se conviertan en líderes.
De ese secreto les comentaré más adelante, algunas líneas más abajo.
Por ahora, quiero detenerme en otro detalle de su discurso del pasado día viernes en el Club de Los Billeteros, a donde convocó a la juventud que le sigue para que escucharan una conferencia magistral que les daría José Laluz sobre liderazgo responsable.

Luis Alberto, como han decidido llamarle sus estrategas de campaña política, convocó a todos los presentes a imitar a tres líderes nacionales de profundo impacto en la República Dominicana.
Tres líderes que tuvieron algo en común con su secreto del éxito empresarial:trabajo, estudio y dedicación.
Yo no se si Luis Alberto estaba del todo claro en lo que le pedía a esa multitud que tenía rendida a sus pies y que lo aclamaba como "el que va" al Congreso Nacional en condición de diputado en las eleccioens del año 2016.
Les solicitó, por ejemplo, imitar a Juan Pablo Duarte a quien alabó porque, siendo muy jóven, concibió la idea de formar la sociedad secreta La Trinitaria para fundar la República Dominicana.
Dicho así, luce algo muy simple y sin mayores riesgos ni complicaciones.
Duarte y los Trinitarios lo que en el fondo formaron fue nada más y nada menos que un partido político clandestino que se dedicaría a organizar una estructura política militar que condujera a una insurrección armada para lograr la independencia nacional de los invasores haitianos.
Se trató de una empresa riesgosa en la que los subversivos ponían en juego sus bienes y, sobre todo, su libertad y su vida.
Aún así, fueron firmes, persistentes, constantes y entraron a la guerra por la independencia con Duarte a la cabeza.
¿Fue a ese Duarte que Luis Alberto convocó a imitar?
Me luce que sí, aunque, lo confieso, me sorprendió.
¿Por cuáles motivos me luce que sí?
Sencillo, porque en ese mismo discurso animó a todos aquellos que le escuchaban a seguir el ejemplo de Francisco Alberto Caamaño Deñó.
De este resaltó que siendo jóven, con 33 años, encabezó la guerra de resistenciacontra la segunda invasión militar estadounidense a la República Dominicana.
Caamaño fue aquel coronel que en Abril de 1965 se casó con la gloria al convertirse en el líder indiscutible de los mejores dominicanos que aman realmente a su país.
La Zona Colonial conoce perfectamente de sus acciones y de su valor.
En ese ambiente, Caamaño llegó a convertirse en presidente constitucional de la República en armas enfrentado al ejército más poderoso del mundo, el de Estados Unidos.
Ese mismo Caamaño, no otro, ocho años más tarde fue ejecutado por el Ejército Nacional tras capturarlo vivo cuando encabezaba un grupo de guerrilla rural en la cordillera Central.
Con esa guerrilla planeaba derrocar la dictadura iustrada de Joaquin Balaguer, quien había sembrado el país de cadáveres, llenado las cárceles de presos políticos y enviado al exilio a cientos de opositores.
Se trata del mismo Caamaño quien ahora es considerado un Héroe Nacional y tiene un lugar destacado en la historia, mientras que sus verdugos están en el zafacón de esa misma historia.
O sea, que Luis Alberto anda por ahí convocando a imitar a dos hombres cuyos ideales los llevaron a tomar las armas en defensa de la soberanía nacional, la libertad y la independencia.
Uno pagó su decisión con el destierro y la miseria y el otro con su propia vida, fusilado por el mismo Ejército que hoy, ya muerto, le rinde honores.
Pero Luis Alberto no se quedó ahí.
También convocó a imitar a Juan Bosch, de quien recordó que siendo muy jóven fundó el Partido Revolucionario Dominicano, en su exilio de La Habana, en 1939, y en el 1973, al Partido de la Liberación Dominicana, que hoy gobierna el país.
Se trata del mismo Juan Bosch que en el año 1962 ganó las primeras elecciones democráticas y libres de República Dominicana y que, siete meses después de asumir el gobierno como Presidente, fue derrocado por un golpe militar auspiciado por Estados Unidos, el mismo país que Caamaño enfrentó con las armas en las manos, dos años más tarde, en 1965.
Los dos primeros, Duarte y Caamaño, fueron hombres de armas a tomar.
Fueron elementos subversivos a quienes los dominicanos veneran hy por su verticalidad y decisión de colocar de por medio sus propias vidas con el propósito de materializar sus ideales libertarios.
De Juan Bosch nadie discute ni pone en dudas que fue el presidente más democrático y progresista que ha tenido la República Dominicana, incluso más que Leonel Fernández y Danilo Medina, sus dos pupilos.
En los tres Luis Alberto elogia su dedicación, disciplina, perseverancia y disposición para conquistar sus propósitos, sus sueños.
Esas variables han sido la clave para obtener su éxito empresarial, las cuales aplica ahora en sus acciones como un miembro de un comité de base del PLD que pretende, nada más y nada menos, que ser diputado de la República, con amplias posibilidades de lograrlo.
El pasado viernes, en el Club de los Billeteros, con la conferencia magistrarl que dio Laluz con los auspicios del empresario, se pretendió animar a esa juventud a ser extremadamente crítica ante la realidad que afronta el país, a no ser pasivos y a empoderarse de las herramientas tecnológicas y mecanismos para avanzar en la construcción de un mejor país.
Se trata de una combinación de discursos raros en un empresario.
No es la primera vez que lo hace.
Ya en ocasión del natalicio de Juan Bosch, en ese mismo lugar, Luis Alberto organizó el único acto en honor al fundador del PLD en Santo Domingo Este, como ahora fue el único que organizó un acto de esa magnitud y calidad en la circunscripción 2 en honor a la juventud.
Con sus acciones en el PLD, Luis Alberto parece dar la impresión de que tiene metas claras en sus propósitos y forma de lograrlos.
Con él se podrá o no estar de acuerdo, pero es claro que ya no puede pasar desapercibido para nadie, sobre todo, a un año de las elecciones donde los vecinos de la Circunscripción 2 deberán elegir a sus próximos diputados.
El secreto de su éxito empresarial es simple: es persistente, sistemático, constante y estudioso.
Por eso, cuando decidió ingresar en política se ha metido de lleno a realizar estudios avanzados de política dentro y fuera del país.
Considera que la constancia, los sacrificios y la discimplina, unido a los estudios, son la clave de la victoria.
Se trata de una forma distinta de hacer política tradicional, al menso en esta parte.

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