Por Robert Vargas / Vídeo de Jarlen Espinosa
Hace apenas unos años que vi a Luis Alberto Tejeda participar en una reunión del Comité Intermedio Gregorio Luperón de la que les comenté en una ocasión.
Esa noche, él estaba sentado en una silla, en un extremo.
Pasaba él casi desapercibido cuando lo vi levantar su puño derecho y repetir aquella vieja letanía de cuando el PLD era el PLD: "Servir al partido para servir al pueblo".
El pasado viernes, sin embargo, trepó al estribo izquierdo del todoterreno en que se desplazaba el presidente reeleccionista Danilo Medina a su paso por la Circunscripción 2 de Santo Domingo Este.
Ya no es aquel "compañerito de la base" de sonrisa tímida.
Hoy es otra persona.
Se ha transformado y escalado algunos peldaños que lo colocan en la línea del poder, al que aún no llega, pero se aproxima con pasos firmes.
Un amigo mutuo lo compara con "una esponja", solo que este absorbe conocimientos tanto surgidos de la práctica como de las teorías académicas.
Desde que se involucró en la política partidaria ha asistido a seminarios, diplomados y talleres con los más renombrados estrategas políticos internacionales.
No descuida nada.
Sabe lo que quiere.
Y lo busca.
Para muchos en Santo Domingo Este "es un diputado seguro" y algunos estiman que en la Circunscripción 2 podría ser el más votado.
En caso de lograrlo, sería una hazaña descomunal que lo pondría en el camino de subir otros peldaños en el año 2020.
Pero, ¿Qué busca Luis Alberto trepado en ese vehículo exponiéndose al riesgo de padecer un accidente catastrófico?
Ocurre que este joven político no es uno de esos compañeritos conocidos como "pica pica", sino que es un tipo multimillonario que ha construido su fortuna a partir de sus múltiples empresas, y que tiene más de 800 empleados, según tengo entendido.
No es como otros que treparon a algunas de esos todoterrenos y poseen fortunas que no pueden justificar con sus salarios.
El caso de Luis Alberto resulta interesante.
Si Danilo Medina permitió que él estuviera a su lado es porque le interesaba que lo vieran junto a él y que todos entendieran que cuenta con su respaldo en la carrera por una diputación.
Danilo necesita Luis Alberto, y este necesita a Danilo.
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Danilo lo necesita porque Luis Alberto es el dirigente indiscutible de una de las más poderosas maquinarias electorales de Santo Domingo Este capaz de aportarle miles de votos en las elecciones del 15 de mayo.
El ha construido esa maquinaria en base a su inteligencia, su carisma y los recursos derivados de sus empresas privadas, no como otros que usan los fondos de los contribuyentes para afianzar su influencia en el electorado.
Danilo necesita los votos que pueda aportarle Luis Alberto, y este necesita crear la percepción de que ya tiene alguna proximidad con el poder, aunque esta no sea tan estrecha aún como la de otros.
Sin embargo, los tiempos cambian con celeridad y es muy posible que, en pocos años, la influencia de Luis Alberto pueda extenderse más allá de las estrechas fronteras de la Circunscripción 2, llegando a la uno y siguiendo a la Circunscripción 3.
Así, lo que hicieron Luis Alberto y Danilo al exhibirse juntos fue una acción mutuamente beneficiosa para las partes, cada cual con su propia agenda: el presidente un líder nacional indiscutible, y el candidato a diputado un líder local incipiente.
Al verlo allí, recordé lo que sucedió con otro político; lo proyecté en el tiempo y me dije: si sigue como va, en pocos años este muchacho será como aquel y dará mucho de que hablar.
Quizás otros han pensado lo mismo y lo ven como un obstáculo a sus propias aspiraciones, las cuales cuajaron hasta un nivel, pero no han pasado de ahí.
Por eso lo perciben como su "enemigo político", aunque sean del mismo partido.
Están juntos, pero no revueltos.
Mientras tanto, Luis Alberto avanza a pasos agigantados, construyendo su proyecto político, y siguiendo el ejemplo de su mentor.
Quien "lo metió" en eso de ser aspirante a diputado ahora está sorprendido con su progreso y, gustoso, le sirve de "pie de amigo" para ayudarle a llegar más lejos aún.
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